lunes, 15 de febrero de 2010

Sobre la casualidad

La casualidad es, según la define el diccionario, una “combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar”. Indudablemente, se trata de algo más presente en nuestras vidas de lo que a menudo estamos dispuestos a aceptar en nuestro afán por pensar que, mayormente, hemos tomado las riendas de nuestras historias personales.

Admitir que la intervención de lo casual, lo imprevisible e inevitable pueda representar un factor más que importante en el hecho de que cada uno sea el que es, y el que está en proceso de llegar a ser, tal vez nos produzca cierta inquietud; a fin de cuentas, nos pasamos la vida combatiendo, de una u otra manera, la incertidumbre.

Sin embargo, quizás valga la pena reivindicar el poder benéfico de lo incontrolable. Naturalmente, no se trata de afirmar que todo lo que nos ocurre por casualidad tiene siempre consecuencias positivas; pero tampoco lo contrario. Probablemente, el que más y el que menos, acudiendo a su propia memoria, sería capaz de ofrecer ejemplos en uno y otro sentido, y tal vez haya que volver sobre ello en alguna otra ocasión para contemplar alguna perspectiva distinta.

Esta vez me propongo únicamente homenajear a las personas que, gracias a la casualidad, pasan por nuestras vidas y, aun sin saberlo, sin proponérselo, nos hacen como somos. Y no me refiero tan sólo a quienes se convierten en ejes esenciales de nuestras existencias. Porque ellos merecen capítulo aparte y porque es indiscutible que nadie tiene la capacidad de decidir en qué familia nace, ni qué hermanos o hijos tiene; ni puede afirmar que ha elegido a sus amigos o a su pareja de entre todos los posibles, sino, en cualquier caso, de entre los que han compartido su camino. Estoy pensando, más bien, en esta ocasión, en aquellas personas que en algún momento han estado o estarán en nuestras vidas sólo de paso (todos estamos de paso, cierto, pero ahora no se trata de evaluar lo efímero de la existencia); estoy pensando en aquellas personas que, aun teniendo un papel más o menos breve o transitorio en nuestra historia personal, resultaron ser esenciales para que acabáramos siendo quienes somos. Estoy pensando en aquella persona que hizo posible el acceso a un colegio que, sin ella, habría resultado inaccesible; en aquel profesor de literatura que estimuló nuestra pasión juvenil y nos enseñó a vivir con y por ella; en aquel amigo que dejó de serlo pero nos contagió su amor por la música y el cine; en aquella persona con la que compartimos aulas y que nos habló del que luego sería nuestro trabajo; en aquél con el que compartimos un breve romance y desapareció no antes de darnos a conocer a alguien con quien nos une una gran amistad; en aquella, por breve tiempo, compañera de trabajo que proporcionó a su vez el suyo a alguien a quien queremos; en aquel conferenciante que nos descubrió el medio para que alguien al que adoramos hiciera posible su sueño; en aquel conocido que nos hizo reencontrarnos con alguien a quien habíamos perdido; en aquel desconocido que, en un momento dado, nos hizo recuperar la fe en el ser humano… En todos ellos y en algunos más es en quienes ahora estoy pensando. Agradezco a la casualidad que los cruzara en mi camino tanto como a ellos que, aun en el supuesto de que hubieran podido hacerlo, no lo esquivaran y estuvieran ahí. Otros habrá, no tengo la menor duda; porque seguirán produciéndose, afortunadamente también en este sentido, circunstancias que no se pueden prever ni evitar.

1 comentario:

  1. la verdad es que a estas horas no tengo la mente muy clara, y menos precisamente hoy. Pero no es la casualidad lo que me hace dejarte estas línias. Me sorprendes, cada día me sorprendes: el día que exista ese interruptor no se que va a ser de ti ;) y si me prometes que no colgaras este absurdo comentario te diré que TE QUIERO MUCHO y que es verdad que la familia no se elige y posiblemente los amigos tampoco, pero si por una de esas "casualidades" tu no huieras sido mi hermana ni mi mejor amiga mi existencia hubiera sido mucho menos llevadera. buenas noches

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